El vestido de novia, más que un símbolo…

El vestido de novia es la prenda simbólica que lleva una mujer el día de su boda. No siempre fue así, pero se ha convertido en una tradición llevar un vestido blanco.
Las mujeres quieren ser la princesa de este día dedicado a ellas por eso quieren a toda costa estar viviendo un día digno de un cuento de hadas. Hoy en día casi todo vale, ya que el vestido de novia puede ser largo, corto, blanco, colorido, estilo princesa o sin tirantes. Según las mujeres creyentes, el color blanco se usaba para representar la pureza, la virginidad, la castidad o incluso la sinceridad, aunque hasta el día de hoy no se impone ningún color. Inicialmente la novia solo se contentaba con ponerse el vestido más hermoso de su guardarropa, pero ahora se ha convertido en la compra más importante del evento.

Los complementos de la novia varían según los orígenes, costumbres o tradiciones. Como accesorio, la novia puede tener un velo de encaje, también puede tener guantes o el famoso ramo de flores que lanzará durante la noche para designar quién será el próximo en casarse. En otros países como España la novia también puede llevar una corona de flores que representa tanto la fertilidad como la felicidad dentro de la pareja.

El vestido de novia es una prenda única y tiene un valor muy sentimental, por lo que ningún detalle se deja al azar. Ya sea rojo como en Asia, blanco como en Europa, o teñido con tela de Madrás como en las Indias Occidentales, el vestido de novia tiene un solo objetivo, marcar el paso de la soltería al matrimonio y para representar el día más feliz de la vida de una mujer.